En su edición de ayer (25/09/12) La Nación informa sobre el estallido de un fuerte
conflicto en la planta de 80.000 empleados que Foxconn posee en Taiyuan, China.
Ocurrió durante el fin de semana del 22 y 23 de septiembre, y dejó un saldo de 40
trabajadores heridos y varios detenidos. “Detrás del nuevo iPhone5, la furia de los
obreros chinos”, titula la periodista, Natalia Tobón, y escribe: “El esperado lanzamiento
del iPhone5 fue todo un éxito de ventas, pero un estallido de furia en una fábrica china
desnudó el lado más oscuro de los productos Apple”. Según Tobón, varios trabajadores
informaron a los medios chinos que un guardia de seguridad estaba golpeando a un
trabajador, y más de 200 compañeros salieron a defenderlo. El enfrentamiento con
el personal de seguridad habría durado unas cuatro horas. “La firma tiene un negro
historial de suicidios, denuncias laborales, pésimas condiciones sanitarias y mal pago
que motivan constantes protestas”, agrega. Lo sucedido en Foxconn se inscribe en
un contexto de creciente resistencia de la clase trabajadora de China a la explotación.
Vale la pena entonces ampliar un poco la información.