“No
hay que fijarse tanto en el rigor de la reconstitución del pasado,
sino en cómo ven ese pasado los cineastas”
Santiago
De Pablo
Cine
e historia
Como
historiadores, a la hora de analizar una producción cinematográfica
es imprescindible prestar especial atención al contexto en que se
produjo. Más taxativo aún debe ser el análisis si el objeto de
producción refiere a un proceso histórico determinado, no porque
exista una verdad susceptible de ser representada, sino porque
conviven en su interior posiciones ideológicas e historiográficas
que deben ser visibilizadas. En tal caso, la intervención de un
historiador en el proceso fílmico tampoco garantiza la fidelidad de
la representación del pasado, pues también él está atravesado por
propias motivaciones. En este sentido, no importa tanto analizar qué
sino
por
qué
se dice algo, qué esconden los diálogos y las representaciones en
la pantalla; ya que por más objetividad que se les quiera aludir,
las imágenes nunca son un imperio autónomo sino que forman parte de
un universo simbólico compartido, cargado de significaciones y
estrategias discursivas que transforman la imagen
en imaginario.