Puech, Henri-Charles (comp.), Historia de las Religiones. Vol. I, Siglo XXI, México, 1983.
Prolegómenos a una historia de las religiones
Desde hace más de un siglo --y precisamente después de la publicación de las primeras grandes obres de F. Max Müller-- se habla de la “historia de las religiones” o de la "historia comparada de las religiones” como de una disciplina científica a la altura de cualquier otra. Todavía hoy, sin embargo, no parece que la existencia y la razón de ser de dicha disciplina se acepten como obvias a igual título, por ejemplo, que la filología clásica, la historia de la literatura, la lingüística, la egiptología y otras disciplinas humanísticas. En ningún país se prevé la inclusión de la historia de las religiones en los estudios de enseñanza media, mientras que en todas partes, junto a la historia política, se estudian la de literatura, filosofía o arte. El número de cátedras universitarias para dicha materia es asimismo muy restringido, y pueden contarse con los dedos de la mano las publicaciones periódicas especializadas en el tema. Esta situación de hecho refleja una incertidumbre general --cuando no un escepticismo declarado-- frente a la justificación teórica o a la posibilidad práctica de la historia de las religiones como una disciplina autónoma.
Teóricamente, una disciplina científica autónoma --es decir, relativamente autónoma, puesto que la autonomía absoluta no es propia de ninguna disciplina científica (la filología clásica, por ejemplo, recurre a la lingüística, a la paleografía, a la historia antigua, etc., y viceversa)-- se justifica en la medida en que sus métodos y objeto son específicos y no pueden confundirse con los de ninguna otra. Una constatación tan simple basta para plantear una serie de problemas harto complejos: serán ellos los que constituyan el contenido de los presentes prolegómenos.